No acostumbro a contar esta clase de chistes, pero ante la insistencia de muchos volveré por mis antiguos fueros. Bienvenidos a mi colección de Chistes verdes.
Chistes verdes tontos
¿Qué le dice una uva verde a una uva morada?
-Ya.. ¡respira!
Chiste de Caperucita…
Camina por la calle caperucita y el lobo le grita:
-¡Adiós Caperucita verde!
Ella contesta:
-¡Adiós Lobo daltónico!
Cuestión de colores…
Caminan por el supermercado Benito y la madre. El chico le pregunta a su mamá:
–¿Mamá? ¿qué son estas frutas?
-Ciruelas rojas.
–¿Y por qué si son ciruelas rojas están amarillas?
-¡Porque están verdes!
Clásicos chistes verdes de José Ordóñez
Velde…
Sabemos que los puertorriqueños no pueden pronunciar la «R». Ellos la pronuncian como un «L». No dicen «verde» dicen «velde».
Precisamente el comandante del ejército cansado de que todos los soldados de su regimiento dijeran «velde» en lugar de «verde» le informa a la tropa que al día siguiente interrogará a todo el pelotón y aquel que no pronuncie «verde» correctamente será confinado 24 horas al calabozo. El soldado de nuestro chistes con mucho miedo por el calabozo se va a ensayar toda la noche frente al espejo:
-Velde… velde… ve… ve.. vel… ¡verrrde!
Se alegra ya que luego de dos horas frente al espejo logra decir «verde». Al día siguiente formado frente al pelotón ve como cada uno de sus compañeros es enviado al calabozo por no pronunciar correctamente. Cuando le corresponde el turno da un paso al frente y dice a voz en cuello:
-¡Verde!
Todos aplauden porque por fin uno de ellos se salvará del calabozo. Es más, el comandante lo pone como ejemplo:
-¡Soldados! aquí hay un verdadero hombre que demuestra la importancia de esforzarse por hablar bien la lengua castellana! Un aplauso para él!.
Y ahora sí soldado, ¡denos el honor de conocer su nombre! ¿Cómo se llama usted?
-¡Belnaldo!
Hay matrimonios que también se cuentan chistes verdes. Aquí están sus chistes.
Un chiste de locos…
Dos locos en el manicomio, uno se queja:
-¡Tengo mucho dolor de estómago!
–¿Y eso por qué? -Pregunta el otro-
-¡Es que ayer me comí un semáforo!
-Yo también ayer no me comí un semáforo y no me estoy quejando.
-¡Si pero es que el que yo me comí estaba verde!